

Mientras los representantes de Rusia y Ucrania entablan negociaciones en Bielorrusia para poner un alto al fuego, la guerra no cesa, pues Moscú busca imponerse a Kiev con un feroz ataque con bombas.
En el octavo día del conflicto entre Rusia contra Ucrania, delegaciones de Kiev y Moscú han vuelto este jueves a sentarse en una mesa de diálogo para tratar de ponerle fin al conflicto. Ante los constantes ataques el presidente Ucraniano Volodímir Zelenski exige a Moscú que paralice los ataques para avanzar en la senda del diálogo.
Las sanciones por parte de diferentes organizaciones empresariales que ya ahogan a la economía rusa empujan a Moscú a acordar un alto el fuego. Putin, que asegura que tiene el objetivo de “desnazificar” Ucrania, quiere la rendición de Kiev y la renuncia del Gobierno. Este punto será el más complejo de llegar cumplir, puesto que el mandatario Ucraniano Zelenski menciono que este abierto a hablar sobre el estatus de Ucrania como un país neutral, pero no delegara su cargo.
Rusia busca negociar con Ucrania, pero continuará con su operación militar hasta el final si no se aceptan sus términos.
”Estamos dispuestos a negociar, pero continuaremos nuestra operación, porque no podemos permitir que en Ucrania exista una infraestructura que amenaza a la seguridad de Rusia. La desmilitarización será llevada a término con la eliminación de esta infraestructura y armamentos”, dijo en rueda de prensa con medios internacionales el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
Este congreso será el segundo intento de establecer un canal diplomático entre Ucrania y Rusia. EL primero, se llevo acabo el lunes, sin éxito alguno en plena reunión Vladímir Putin, bombardeó inmuebles residenciales en el centro de Járkov, la segunda ciudad más poblada de Ucrania.