Consejos para lidiar con el estrés educativo y tener estudiantes más exitosos

Lima.- Cada vez es más común escuchar que los estudiantes se encuentran
agobiados, con ansiedad, estrés o depresión, causando un alto impacto en el rendimiento
académico y provocando la deserción escolar. De acuerdo con datos del Ministerio de
Educación Nacional en el 2021 unos 124,533 escolares interrumpieron sus estudios.
Diversos estudios han encontrado que el bajo rendimiento académico y la deserción escolar
están relacionados con un sinnúmero de factores; en donde sobresalen los abusos de
contenidos digitales, la falta de ejercicio físico, las alteraciones hormonales propias de la
juventud, entre otros. Sin embargo, estudios recientes en psicología y pedagogía han
encontrado que el síndrome de estrés académico viene incrementando esta problemática.
De acuerdo con la directora del Máster en Psicopedagogía de la Universidad Internacional de
Valencia – VIU, Lucía Granados, el estrés académico es un invitado poco grato que ingresa a
escondidas a las aulas de clase -físicas y virtuales- y que se apodera del entusiasmo, el
compañerismo y la atención plena de los estudiantes. “El estrés académico puede ser
entendido como la respuesta del organismo a los estresores que se dan dentro del espacio
educativo y que afectan directamente el rendimiento de los alumnos. Está asociado
directamente a mayores niveles de depresión y ansiedad, con autolesiones y con una menor
autoestima y, por tanto, con menor autoeficacia académica”, expresó la experta.
Pero más allá de lo que pudiera pensarse, de acuerdo con la directora del master en
psicopedagogía, mantener este estrés académico fuera de las aulas de clase depende en gran
medida de los docentes y sus habilidades para identificarlo antes de que éste se posé sobre las
espaldas de los estudiantes y les clave la mira en el piso.
Identificar el estrés académico puede ser fácil con las algunos apuntes y técnicas que pueden
controlar los mismos docentes. La directiva de la Universidad Internacional de Valencia -VIU-
propone, entre otros, estar muy atentos a los siguientes estresores para impedir su entrada a
las aulas.
-Demandas académicas muy altas. Cuando todos los puntos son difíciles de alcanzar
pueden terminar generando cansancio y desinterés.
-El exceso de responsabilidades. Puede terminar por saturar al estudiante.
-Una alta carga de trabajo o tareas dentro y fuera de la escuela. Es clave la
comunicación para conocer a cada estudiante y entender si tal vez él o ella misma se
están exigiendo demasiado.
-Las evaluaciones de los profesores. En ocasiones se pueden comunicar las
evaluaciones con poca asertividad, dejando la puerta abierta a inseguridades y
golpeando tal vez la autoestima.
-La competitividad. Motivar la rivalidad entre compañeros puede ser
contraproducente y llevar a riñas y diputas a los estudiantes.
-El temor al fracaso. No alcanzar las metas autoimpuestas o estipuladas desde fuera,
puede ser frustrante y derrotar al estudiante. Siempre vale la pena dejar campo para
las pequeñas victorias.
-Aceptación del grupo. Cuando no se fomenta la buena comunicación entre
compañeros, pueden surgir rechazos para los más tímidos.
Para evitar los estresores en las aulas de clase la experta recomienda:
-Evitar la competitividad entre el alumnado, fomentando más el trabajo cooperativo o
colaborativo.
-Evitar hacer comparativas entre estudiantes, poniendo en valor que cada uno es
único y tiene su propio ritmo de aprendizaje.
-Evitar expectativas demasiado altas, pues según en qué casos, puede someterlos a
una presión para satisfacer las expectativas de los demás.
-Ayudarles a planificarse tanto en los contenidos como en los tiempos, para que no
dejen todo para última hora y evitar situaciones de estrés innecesarias.
-Identificar las conductas que están generando el estrés académico y reorientar los
esfuerzos para no darle paso.
La educación debe de seguir un modelo colaborativo en el que no se entienda el fallo del
alumno como un fracaso sino como una oportunidad de mejora. De acuerdo con la experta, es
clave que la educación fomente las habilidades para la gestión del tiempo evitando la
sobrecarga de trabajo. Igualmente, recomienda el establecimiento de metas y objetivos
realistas para asegurar el futuro académico del alumno.