El mayor obstáculo para la fe de muchas personas que procuran ser sanadas en nuestros días es la incerteza en sus mentes en cuanto a si es o no es la voluntad de Dios sanar a TODOS.
Casi todos saben que Dios de hecho, cura a algunas personas, pero hay mucha teología moderna que evita que el pueblo sepa lo que la Biblia claramente enseña: QUE LA SANIDAD HA SIDO PROVISTA PARA TODOS.
Ver también: Cap-1 ¿A cuántas personas Dios quiere sanar?
Es imposible reclamar osadamente por la fe un beneficio cuando no tenemos la certeza de que Dios lo haya prometido, porque se reclaman los beneficios de Dios ÚNICAMENTE cuando se conoce la Voluntad de Él, cuando se confía en Su Voluntad y se cumple Su Voluntad.
Si queremos saber lo que hay en un testamento, tenemos que leer el testamento. Si queremos saber la Voluntad de Dios, leamos lo que fue revelado acerca de Su Voluntad y nuestra sanidad.
Si me dijese una mujer: “Mi marido era muy rico, ahora quiero saber si me legó una casa” Yo le diría: “¿Por qué no lee el testamento para saberlo?”
Ver también: Cap-2 La sanidad es para todos
La palabra “testamento” significa la voluntad de una persona.
La Biblia contiene el TESTAMENTO de la Voluntad de Dios en dónde Él nos lega todos los beneficios de la redención.
Y siendo la Biblia Su último testamento, cualquier otra cosa más reciente que pretenda serlo es una falsificación.
Nunca se escribe otro testamento luego de la muerte del testador. Si la sanidad está en el testamento de Dios para nosotros, ¿Cómo dicen que Dios no quiere curar a TODAS las PERSONAS como consta claramente en Su Testamento? Eso sería modificar el Testamento y hacerlo luego de la muerte del testador.
Jesús no es solamente el Testador que murió, sino que El resucitó y es también el mediador del testamento. Él es nuestro Abogado. Él no nos defrauda con el testamento como hacen algunos abogados terrenales. Él es nuestro Representante a la diestra de Dios, y el que nos bendice con sanidad.
Ver también: Cap-3 Las razones para la fe
No hay mejor manera para saber cuál es la VOLUNTAD DE DIOS que leer los Evangelios que registran las enseñanzas de las obras de Cristo. Él era una expresión de la Voluntad del Padre.
Su vida era tanto una manifestación como una revelación de amor invariable de la Voluntad de Dios. Literalmente representó la Voluntad de Dios para la raza adámica.
“Si es tu Voluntad”
Lucas 4:40
Todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a Él; y Él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
El revelaba representando la VOLUNTAD DE Dios para TODO el pueblo.
Ver también: Cap-4 ¿Porqué no se sanan las personas?
Hebreos 10:7
Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad,
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Juan 6:38. Todo lo que Jesús hacía por la humanidad necesitada durante Su ministerio terrestre, era revelación directa de la VOLUNTAD PERFECTA de Dios para con la raza humana.
Ver también: Cap-5 Pidiendo al padre en el nombre de Jesús
Dice F.F. Bosworth en su libro “Cristo el Sanador”:
“Nadie puede ser más conservador que la iglesia episcopal, sin embargo, la conclusión a la que llegó la comisión dedicada al estudio de la Sanidad Divina, después de tres años de estudio e investigación tanto en la Biblia como en la historia, fue el siguiente resumen: Jesús hacía las sanidades como una revelación de la voluntad de Dios para los hombres”. “Descubrí que Su Voluntad ha sido plenamente revelada”, añadió:
“La iglesia no puede orar más con la frase destructiva de la fe ‘Si es Tu Voluntad’”.
El evangelista Bosworth también dice:
“El mensaje enseñado en todas partes del evangelio es la SANIDAD COMPLETA DEL CUERPO Y ALMA PARA todos los que se acercan a Él”.
Muchos hoy en día dicen:
“Creo en la sanidad, pero no creo que sea para todos”… si no fuese para todos ¿Sería entonces posible hacer la oración de fe?
Entre todos los que buscaban ser sanados, por Cristo en su ministerio terrenal, leemos SOLAMENTE UNO que oró con esas palabras: “SI QUIERES”. Y este fue un pobre leproso rechazado que no conocía la Voluntad de Cristo de sanar.
Ver también: Cap-6 Si dos se pusieren de acuerdo
Ver también: Cap-7 La unción con aceite de los ancianos