CRISTIANASNOTICIAS

Los hábitos de Jesús – Cap-1

El hábito de aislarse (estar a solas con Dios) Audiolibro - Jay Dennis

Audiolibro del pastor Jay Dennis en su capitulo 1 El hábito de aislarse (estar a solas con Dios). Este valioso libro tiene 31 hábitos de Jesús, conocerlos y practicalos empodera al cristiano.

Habiéndose levantado muy de madrugada, todavía de noche, Jesús salió y se fue a un lugar desierto y allí oraba. Marcos 1:35

El hábito de Jesús de aislarse momentáneamente, o por un largo tiempo, tenía como propósito de retirarse del ruido y las demandas cotidianas para pasar tiempo con Dios, relacionarse con Él y permitir que se recargaran sus baterías emocionales y espirituales. Este hábito provee el momento oportuno para elaborar su programa de actividades diarias, no importa cuándo ocupado y complicado pueda ser ese programa. Sin embargo, en nuestra sociedad encontrar un lugar para recluirse, se hace cada vez más difícil.

Jesús nos mostró el hábito de aislarse

Jesús sintió cansancio, hambre, agotamiento, sueño, fatiga, bostezó. Sus ojos se ponían rojos y ensangrentados. Le dolían los pies. Su mente se sintió agotada. A donde quiere que Jesús fuera, era confrontada por multitudes, demandas, ruido, peticiones, opiniones, consejos, críticas e interrupciones.

Él escuchaba continuamente:

Sáname, Tócame, Ayúdame, haz algo, intervén, necesito un milagro, soluciona esto, ve allá.

Compruébalo, Detenlo, hazlo, muéstramelo, Escúchame, dame.

Las demandas constantes desgastan el cuerpo, vacían las emociones, agotan el espíritu y estrésame el alma. Vemos que Jesús se apartaba o aislaba en medio de esas demandas, porque necesitaba ser renovado, restaurado y recargado.

Frecuentemente Jesús se tomó tiempo para retirarse de la gente, de las presiones y de los ruidos de la vida cotidiana. Aunque nunca fue una persona solitaria, sintió la necesidad de estar solo para refrescarse espiritual y emocionalmente. Tanto como ser humano y verdadero Dios, necesitaba recargar sus baterías espirituales y emocionales. Y si el hijo de Dios, necesitaba aislarse ¡Cuánto más lo necesitamos nosotros! Lo que pasa durante la soledad determina, por lo general, lo que pasa públicamente. Mire hacia atrás y pregúntese cuándo fue que Dios le abrió claramente. Me atrevo a decir que fue durante esos momentos en que usted y Dios estaban a solas.

Cuando Jesús se retiraba, a nudo prefería dos lugares:

Las orillas del Lago y las montadas.

Una vez despedida la gente, subió al monte para orar a solas; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Mateo 14:23

Al oírlo, Jesús se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado. Cuando las multitudes oyeron esto, le siguieron a pie desde las ciudades. Mateo 1413

Como Jesús entendió que iban a venir para tomarle por la fuerza y hacerle rey, se retiró de nuevo al Monte. Él solo. Juan 6:15.

La orilla del mar y las montañas, son excelentes ambientes para experimentar a Dios. Sin embargo, estos lugares tal vez tengan que ser reservados para momentos en los cuales usted pueda visitarlos. No es probable que usted disponga de esta clase de escenarios todos los.

El agua habla de la vida, y aun de las tormentas de la vida, pero pasar tiempo por Dios, puede sobrepasar esas tormentas.

Las montañas hablan de fortaleza para seguir adelante. Pasar tiempo con Dios, nos da la fuerza necesaria para tratar con cualquier cosa que sobrevenga en nuestro camino.

¿Por qué Jesús se aislaba con frecuencia?

Para escuchar a Dios al padre nada más claramente. “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a los discípulos: – Sentaos aquí, hasta que yo vaya allá y ore. Tomo consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a entristecerse y angustiarse. Entonces les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte. Quedaos aquí y velad conmigo. Pasando un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: “Padre mío, de ser posible, pase de mí esta Copa. Pero no sea como yo quiero, sino como tú quieres. Volvió a sus discípulos y los halló durmiendo, y dijo Pedro: ¿Así que no habéis podido velar ni una sola hora conmigo?

Velad y orad, para que no entréis en tentación. El espíritu, a la verdad, está dispuesto; pero la carne, es débil.

Por segunda vez se apartó y oro diciendo: Padre mío si no puede pasar de mí esta Copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.  Cuando volvió otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cangados de sueño. Dejándolos, se apartó de nuevo y oró por tercera vez, repitiendo las mismas palabras. Entonces volvió a sus discípulos y les dijo:  ¿Todavía estás durmiendo y descansando? He aquí la hora está cerca, y el hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. ¡Levantaos, vamos! He aquí está cerca el que me entrega. Mateo 26:36 al46.

Cuando estaba en el jardín de Getsemaní, Jesús se separó de sus discípulos para poder comprender más claramente la voluntad del padre. Hay ocasiones en las que el ruido del mundo, hace que nuestra capacidad de decisión se ahogue y nuestras opciones sean poco claras. Cuando todos ofrecen sus opiniones, es fácil escuchar el Consejo equivocado y es el momento de preguntarnos: ¡Dios, ¿Qué quieres que yo haga?

Cómo lo demuestra Jesús, esto no siempre será lo más cómodo, pero es necesario y nos traerá claridad acerca de la voluntad de Dios.

Se aislaba para orar

Una vez despedida la gente, subió al monte para orar a solas; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Mateo 14:23

Pero, Él se apartaba a los lugares desiertos y oraba. Lucas 5:16

Jesús tenía que escaparse para orar. La gente simplemente no lo dejaba el tiempo suficiente como para que Él pudiera comunicarse con el Padre. Su retiro demostraba la prioridad de orar en su vida, no solo por orar, sino para tener un tiempo íntimo con el Padre.

Se aislaba para descargarse espiritual y emocionalmente

Al oírlo, Jesús se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado. Cuando las multitudes oyeron esto, le siguieron a pie desde las ciudades. Mateo 14:13.

Y Él sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades y echó fuera muchos demonios. Y no permitía los demonios hablar, porque le conocían. Habiéndose levantado muy de madrugada, todavía de noche, Jesús salió y se fue a un lugar desierto y allí oraba. Marcos 1:34 y 35

Jesús había recibido noticias acerca de que su amigo y predecesor Juan el Bautista había sido decapitado. Cuando recibimos una mala noticia, es común que esta nos agote emocionalmente y llegue a ahogarnos espiritualmente.

En el caso de Jesús, además, la demanda de milagros y la necesidad de cumplir su misterio lo agotaban. Por eso, Él usaba su tiempo a solas con Dios para renovarse.

Nosotros somos más vulnerables a la tentación, cuando nuestro espíritu y nuestras emociones están vacíos.

Se aislaba para comer.

Él les dijo: -Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, y ni siquiera tenían oportunidad para comer. Y se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Marco 6:31 y 32

Jesús y sus discípulos estaban demasiado ocupados como para poder comer. Comer es vital para mantener nuestra fuerza física. Pero también ofrece otros beneficios. Algunos de los mejores momentos con Dios, pueden darse mientras usted come a solas. Esto no significa que usted se vuelva un antisocial, pero el momento de la comida puede ser una oportunidad para reflexionar, pensar y orar.

Se aislaba para obtener la perspectiva correcta.

Como Jesús entendió que iban a venir para tomarme por la fuerza y hacerle rey, se retiró de nuevo el monte, Él sol. Juan 6:15

Las multitudes serían un Mesías militar y terrenal, que reinara sobre ellos. Cuando intentaban forzar a Jesús a asumir este rol, Él se retiraba para obtener la perspectiva correcta. Alejarse y tomar un respiro es importante para obtener la perspectiva de Dios.

Se aislaba para aprender a pelear la batalla espiritual.

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. El tentador se acercó y le dijo: Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se convierten en pan. Pero Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, le puso de pie sobre el pináculo del templo y le dijo: Si eres hijo de Dios, échate abajo, porque escrito está: A sus Ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos se llevarán, de modo que nunca tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Además, está escrito: No pondrás a prueba al señor tu Dios. Otra vez el diablo le llevó a un hombre muy alto y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria. Y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adoras. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está:  Al señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás. Entonces el diablo le dejo, y he aquí, Los Ángeles vinieron y les servían.  Mateo 4:1 al 11.

Durante los tiempos de aislamiento, Jesús aprendió a pelear la batalla espiritual. El tentador lo atacaba, pero Jesús aprendía privadamente cómo tratar con enemigo público número uno: Satanás.

Los grandes ataques espirituales llegan indefectiblemente, y nuestras más grandes victorias, muchas veces se ganan durante los tiempos de aislamiento.

Se aislaba para escuchar a Dios.

Jesús planificaba los tiempos del aislamiento para poder escuchar a Dios. Nuestro tiempo de no debe estar planificado según lo que queremos decirle a Dios, sino para poder escucharlo a Él.

¿Cuáles son los enemigos del hábito del aislamiento?

1.- Culpabilidad: “Me sentiré culpable si dejo lo que estoy haciendo para pasar unos minutos a solas”.

2.- Ocupaciones: “Simplemente, no tengo tiempo”.

3.- El Ego: “No puedo alejarme de lo que está pasando, me necesita”

4.- Aburrimiento: “Me voy a aburrir mucho”

5.- Inquietud: “No sabré qué decir o qué hacer”.

6.- Incomodidad: “El silencio me hace sentir raro”

7.- La Gente: “Que irán a pensar de mí”.

Frecuentemente, los enemigos: “ocupación” y “prisa”, no nos atacan cuando nos sentimos sobrecargados, muy comprometidos y con muchas demandas.

Establecer el hábito de aislarse que practicaba Jesús, es un antídoto para nuestros males causados por la prisa y la agitación del mundo.

Haga del aislamiento un hábito.

1.- Permítanse tener un tiempo de aislamiento, un retiro espiritual cada día con Dios.

Acepte que no tomar tiempo para aislarse, puede producir agotamiento espiritual y emocional. Algunos se sienten culpables por tomarse un tiempo aparte, aunque sea por algunos minutos. Sin embargo, siga practicando el aislamiento y verá que la culpabilidad será reemplazada por un mayor deseo de tomar ese tiempo.

2.- Escoja un momento y un lugar específico

Anótelo en su agenda. Usted debe recordar que tendrá un tiempo y un lugar apartado para utilizar de modo planificado. Si no lo planifica, lo urgente tomará el lugar de lo necesario

3.- Cuando surja la necesidad no Espere hágalo inmediatamente

A veces no podemos esperar el tiempo planificado. Algo pasa, alguien dice algo, usted se siente atrapado y la presión aumenta. Es tiempo de decir: “Discúlpenme un momento”. Tómese unos minutos para recobrar su compostura.

4.- Sea honesto con lo que está haciendo

Permita que las personas conozcan de antemano que usted necesita algún tiempo para pensar y orar. Hay poder en la honestidad. La gente tal vez no lo entienda, pero cuando usted diga: “Necesito orar sobre esto” o “necesito un poco de tiempo para pensarlo”, merecerá el respeto de los demás. Asegúrese que no sea excusa o una técnica para posponer una decisión.

5.- Experimente diferentes lugares

Pruebe diferentes cuartos, vaya fuera, maneje hace algún lugar tranquilo, camine. Descubra que diferentes lugares cubren diferentes necesidades.

6.- No te exponga interrupciones, teniendo a mano un teléfono celular una computadora o una radio

El aislamiento no es posible si usted está preocupado por revisar su correo electrónico, o pendiente a su teléfono celular. La vida continuará sin usted por algunos minutos.

Será difícil el principio, pero llegará a amar estos momentos de quietud.

7.- Tenga un masaje específico de las escrituras en el cual pensar o meditar

Tenga un plan para saber qué pasaje de las escrituras usará para permitir que Dios le hable. El método de abrir la Biblia al azar, no es un buen plan. Un buen plan es el que facilita la lectura de toda la Biblia en un año.

8.- Lleve su Biblia un cuaderno de apuntes y un lápiz

Escriba las percepciones, los pensamientos y las ideas que Dios le da. Tenga siempre una copia de la Biblia a mano y tome notas. Lleve un diario de las percepciones que Dios me da, si no lo hace, probablemente las olvidará. Recibirá mucho ánimo cuando vuelva a revisar cómo Dios habló con usted. Además, escribir sus pensamientos tiene un efecto terapéutico.

9.- Guarde silencio, quédese quieto y escuche.

Aprenda a quedarse quieto. Quizá puede asignar esta actitud como un “Santo llamado a cerrar la boca”. Encontrarse con Dios, gira en torno de escucharlo a Él. Un mundo lleno de apuros y urgencias requiere disciplina para aprender a estar quieto

10.- Dígale a Dios que volverá a estar conmigo mañana a la misma hora

Hágale una promesa. Anticipe su tiempo con Dios.  si está preocupado, inquieto, frustrado o perturbado, ponga todo esto en archivo “tiempo de aislamiento” y confróntelo.

IMPORTANTE: Adquiere tu libro LOS HABITOS DE JESÚS, en tu libreria favorita

 

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba