CRISTIANASNOTICIAS

«5 pasos para fortalecer tú FE para recibir sanidad»

La fe se fortalece a través de la enfermedad y las pruebas, que son las oportunidades para fortalecer nuestra fe y dependencia en Dios.  

Enfrentar una enfermedad puede ser una de las pruebas más difíciles en la vida de una persona. Sin embargo, estas pruebas también son oportunidades para fortalecer nuestra fe y dependencia en Dios. La Biblia nos enseña que las tribulaciones producen paciencia, prueba y esperanza, como nos recuerda Romanos 5. En los momentos más oscuros, nuestra fe puede convertirse en nuestra mayor fortaleza, preparándonos para recibir la sanidad divina.

¿Cómo puedes fortalecer tu fe en medio de la enfermedad y ver la gloria de Dios en tu vida? Acompáñanos y descubre cómo hacer de tus pruebas un poderoso testimonio de fe y sanidad.

En Romanos 5:3-4, se nos dice: “Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.” 

Un ejemplo poderoso de cómo las pruebas pueden fortalecer nuestra fe es la historia de Job. A pesar de perder todo, incluyendo su salud, Job mantuvo su fe en Dios. Al final, Dios restauró su vida y lo bendijo aún más abundantemente. 

Job 42:10 dice: “Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.”

Fortalecer nuestra fe a través de la enfermedad nos ayuda a desarrollar paciencia, esperanza y poder. Nos permite ver más allá de nuestras circunstancias actuales y confiar en el plan de Dios para nuestras vidas. Esta fe fortalecida nos sostiene en tiempos difíciles y nos prepara para enfrentar futuras pruebas con mayor confianza en Dios. Fortalecer tu fe es agradar a Dios, es mover la montaña, es vencer al mundo, es transformar la circunstancia, es ver la gloria de Dios y ser un héroe de la fe como lo describe en hebreos 11.

Veamos lo que dice sobre los héroes de la fe:

 ¿Y qué más diré? Pues el tiempo me faltaría para contar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; quienes por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, cerraron bocas de leones,  apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada; siendo débiles, fueron hechos fuertes, se hicieron poderosos en la guerra, pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección; y otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de obtener una mejor resurrección. 

 No permitir que las pruebas fortalezcan nuestra fe puede llevar a la desesperación y la falta de esperanza. Podemos sentirnos abrumados por nuestras circunstancias y perder la oportunidad de crecer espiritualmente. Además, una fe débil puede hacer que sea más difícil enfrentar futuras dificultades.

Para lograrlo, ora constantemente. Mantén una comunicación continua con Dios, pidiéndole fortaleza y sabiduría para enfrentar tus pruebas. Medita en la Palabra de Dios. Lee y reflexiona en las Escrituras que hablan sobre la fe, la perseverancia y la sanidad de Dios. 

Romanos 10:17 dice: “Así que la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios.” 

Rodéate de personas de fe. Busca el apoyo de una comunidad de creyentes que puedan orar contigo y alentarte en tu caminar de fe. Recuerda las promesas de Dios. Mantén en mente las promesas de Dios y su fidelidad en el pasado. Esto te ayudará a confiar en que Él también será fiel en el presente y el futuro.

¿Cómo puedes colaborar con Dios hoy para fortalecer tu fe en medio de tu enfermedad?

La fe en Dios se fortalece a través de la enfermedad y te lleva a ver Su Gloria en tu sanidad. 

TAMBIEN PUEDES VER: Capítulo 6 «Haz esto: Dios quiere sanarte»

1. La Fe en Dios como tu Sanador 

imposible La fe en Dios como tu sanador implica confiar plenamente en su poder para restaurar tu salud. Es creer que Dios tiene el deseo y la capacidad de sanarte, y su voluntad es que vivas en plenitud y bienestar. 

En Éxodo 15:26, Dios dice: “Yo soy Jehová tu sanador.” 

Y en Salmos 103:2-3, se nos recuerda: “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias.” 

Un ejemplo bíblico es la mujer con el flujo de sangre en Marcos 5:25-34, quien fue sanada al tocar el manto de Jesús, demostrando su fe en el poder sanador de Dios. Jesús le dijo: “Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.” 

Creer en Dios como tu sanador te da esperanza y confianza en su amor y poder, permitiéndote experimentar su sanidad y vivir una vida plena y abundante. No confiar en Dios como tu sanador puede llevar a la desesperanza y la falta de fe, perdiendo la oportunidad de experimentar la sanidad divina y de testificar del poder de Dios en tu vida. 

Para lograrlo, ora por sanidad, pide a Dios con fe que te sane y confía en su poder y su amor para hacerlo. Medita en las promesas de sanidad y mantén una actitud de gratitud, agradeciendo a Dios por su obra sanadora en tu vida, incluso antes de ver los resultados.

2. La Fe para Ver y Hacer lo Imposible 

feLa fe para ver y hacer lo imposible es creer que, con Dios, todas las cosas son posibles. Esta fe te permite enfrentar desafíos que parecen insuperables y confiar en que Dios puede hacer milagros en tu vida. 

En Mateo 17:20, Jesús dice: “Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.” 

Y en Marcos 9:23, Jesús afirma: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” 

Un ejemplo bíblico es Pedro caminando sobre el agua en Mateo 14:28-31, demostrando que la fe en Dios puede permitirnos hacer lo imposible. 

Tener fe para ver y hacer lo imposible te da la valentía para enfrentar grandes desafíos y confiar en que Dios puede obrar milagros en tu vida. No tener esta fe puede limitar tu capacidad para ver y experimentar los milagros de Dios, perdiendo la oportunidad de ver su poder manifestarse en situaciones difíciles. 

Para lograrlo, ora por fe, pide a Dios que aumente tu fe y te dé la valentía para creer en lo imposible. Medita en los milagros de la Biblia y confía en el poder de Dios, recordando que nada es imposible para Él.

3. La Fe para Vencer al Mundo y las Aflicciones 

Primer plano de un hombre con una bolsa y sosteniendo la BibliaLa fe para vencer al mundo y las aflicciones es la confianza en que, a pesar de las dificultades y pruebas, Dios te dará la victoria. Esta fe te permite superar los desafíos y mantener la esperanza en medio de las tribulaciones. 

En Juan 16:33, Jesús dice: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Y en 1 Juan 5:4, se nos dice: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” 

Un ejemplo bíblico es David y Goliat en 1 Samuel 17, donde David venció al gigante Goliat con fe en que Dios le daría la victoria, demostrando que la fe en Dios puede superar cualquier desafío. Tener fe para vencer al mundo y las enfermedades te da la fuerza para enfrentar las pruebas con confianza y esperanza en Dios. 

No tener esta fe puede llevar a la desesperación y la derrota en medio de las pruebas, sintiéndote abrumado por las dificultades y perdiendo la esperanza. Para lograrlo, ora por fortaleza, pide a Dios que te dé la fuerza para enfrentar las pruebas y la confianza en su victoria. Medita en las promesas de victoria y confía en la fidelidad de Dios, recordando que Él es fiel y te dará la victoria en medio de las pruebas.

4. La Fe para Pedir y Recibir Sanidad

Jesús mano rescata y alcanza a los humanos unoLa fe para pedir y recibir es la confianza en que Dios escucha tus oraciones y está dispuesto a responder. Esta fe te permite acercarte a Dios con confianza y esperar recibir sus bendiciones. 

En Mateo 7:7-8, Jesús dice: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” 

Y en Marcos 11:24, Jesús afirma: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.” 

Un ejemplo bíblico es el ciego Bartimeo en Marcos 10:46-52, quien pidió a Jesús que le devolviera la vista, insistió porque tenía fe que lo recibiría, y su fe fue recompensada cuando Jesús lo sanó. Tener fe para pedir y fe para recibir, te permite experimentar la sanidad, la provisión y las bendiciones de Dios en tu vida, dándote la confianza para acercarte a Dios con tus necesidades y esperar su respuesta. 

No tener esta fe ni para pedir ni fe para recibir, o solo tener fe para pedir y no tener fe para recibir, limita tu capacidad para recibir las bendiciones de Dios, perdiendo la oportunidad de experimentar su sanidad, su provisión y su respuesta a tus oraciones. Para lograrlo, ora con fe, acércate a Dios con confianza, creyendo que Él escucha y responde a tus oraciones. Medita en las promesas de Dios y confía en su bondad, recordando que Dios es bueno y desea bendecirte y proveer para tus necesidades.

¿Cómo puedes colaborar con Dios hoy para fortalecer tu fe en medio de tu enfermedad y ver la gloria de Dios manifestarse en tu vida?

La fe en Dios se fortalece a través de la enfermedad y te lleva a ver Su gloria en tu sanidad.

TAMBIEN PUEDES VER: Capítulo 4 «Tiene un propósito ¿La enfermedad?»

5. La Fe para Ver la Gloria de Dios 

Es la confianza en que, a través de nuestra fe y obediencia, podemos experimentar la presencia y el poder de Dios en nuestras vidas. Esta fe nos permite reconocer y celebrar las manifestaciones de su gloria, incluso en medio de las dificultades. 

Vista trasera de un hombre sentado en el campo.En Juan 11:40, Jesús dice: “¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?” 

Y en Éxodo 33:18-19, Moisés pide a Dios: “Te ruego que me muestres tu gloria.” Dios le responde: “Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.” 

Un ejemplo bíblico es la resurrección de Lázaro en Juan 11:1-44. Jesús resucitó a Lázaro de entre los muertos, demostrando su poder y gloria. Antes de realizar el milagro, Jesús dijo a Marta: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40). Este milagro no solo fortaleció la fe de los presentes, sino que también glorificó a Dios. 

Tener fe para ver la gloria de Dios nos permite experimentar su presencia y poder en nuestras vidas. Nos ayuda a mantener la esperanza y la confianza en Dios, sabiendo que Él está obrando a nuestro favor. Esta fe nos permite ser testigos de sus milagros y compartir su gloria con otros. 

No tener esta fe puede llevar a una vida espiritual estancada, donde no se experimenta la plenitud de la presencia y el poder de Dios. Podemos perder la oportunidad de ver sus milagros y de ser testigos de su gloria, lo que puede afectar nuestra esperanza y confianza en Él. 

Para lograrlo, ora por revelación, pide a Dios que te muestre su gloria y que te dé la fe para reconocer sus manifestaciones en tu vida. Medita en las obras de Dios, reflexiona en las Escrituras y en los testimonios de los milagros y obras de Dios. Vive en obediencia, obedeciendo los mandamientos de Dios y siguiendo sus caminos. La obediencia abre la puerta para que su gloria se manifieste en tu vida. Testifica de su gloria, comparte con otros las experiencias y testimonios de cómo has visto la gloria de Dios en tu vida. Esto no solo fortalece tu fe, sino que también inspira a otros a buscar y reconocer la gloria de Dios.

¿Cómo puedes colaborar con Dios hoy para fortalecer tu fe y ver la gloria de Dios manifestarse en tu vida?

TAMBIEN PUEDES VER: Capítulo 3 «La Ayuda Perfecta para tu Sanidad»

El Jardín de la Fe y la Sanidad

Imagina que tu vida es un jardín. Cada aspecto de tu fe es como una herramienta de jardinería que te ayuda a cuidar y cultivar ese jardín, especialmente en tiempos de enfermedad.

  • Vista lateral del hombre que caracteriza al profeta cristiano.La Fe en Dios como tu Sanador es como el sol que ilumina tu jardín. Sin la luz del sol, las plantas no pueden crecer ni florecer. De la misma manera, confiar en Dios como tu sanador proporciona la luz necesaria para que tu fe crezca y florezca, permitiéndote experimentar su sanidad y vivir en plenitud.
  • La Fe para Ver y Hacer lo Imposible es como el agua que nutre las raíces de tus plantas. Sin agua, las plantas se marchitan y mueren. La fe para ver y hacer lo imposible nutre tu espíritu, dándote la fuerza y la vitalidad necesarias para enfrentar desafíos que parecen insuperables y confiar en que Dios puede obrar milagros en tu vida.
  • La Fe para Vencer al Mundo y las Aflicciones es como el abono que enriquece el suelo de tu jardín. El abono proporciona los nutrientes esenciales para que las plantas se desarrollen y se fortalezcan. De la misma manera, la fe para vencer al mundo y las aflicciones enriquece tu vida espiritual, dándote la fuerza para superar las pruebas y mantener la esperanza en medio de las tribulaciones.
  • La Fe para Pedir y Recibir es como el jardinero que cuida y protege el jardín. El jardinero se asegura de que cada planta reciba el cuidado y la atención necesarios para prosperar. De la misma manera, la fe para pedir y recibir te permite acercarte a Dios con confianza, sabiendo que Él escucha tus oraciones y está dispuesto a responder, asegurando que tu vida espiritual prospere.
  • La Fe para Ver la Gloria de Dios es como el aire fresco que llena tu jardín. Sin aire, las plantas no pueden respirar y crecer. De la misma manera, la fe para ver la gloria de Dios te permite experimentar su presencia y poder en tu vida. En Juan 11:40, Jesús dice: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Esta fe nos permite reconocer y celebrar las manifestaciones de su gloria, incluso en medio de las dificultades. La resurrección de Lázaro es un ejemplo de cómo la fe en la gloria de Dios puede traer vida y esperanza.

En tiempos de enfermedad, estas herramientas de jardinería se vuelven aún más cruciales. La luz del sol (fe en Dios como tu sanador) te da esperanza y confianza en su amor y poder. El agua (fe para ver y hacer lo imposible) te da la valentía para enfrentar grandes desafíos. El abono (fe para vencer al mundo y las aflicciones) te da la fuerza para superar las pruebas. El jardinero (fe para pedir y recibir) te asegura que recibirás las bendiciones y la sanidad que necesitas. Y el aire fresco (fe para ver la gloria de Dios) te permite respirar y crecer espiritualmente, reconociendo su presencia y poder en tu vida.

¿Cómo puedes usar estas herramientas hoy para cultivar tu jardín y recibir la sanidad que Dios tiene para ti?

La fe se fortalece a través de la enfermedad y las pruebas, que nos enseñan a confiar más en Dios y a desarrollar una fe más profunda y resiliente. Romanos 5:3-4 nos recuerda que las tribulaciones producen paciencia, prueba y esperanza. La historia de Job es un ejemplo de cómo las pruebas pueden fortalecer nuestra fe, ya que él mantuvo su fe en Dios a pesar de perder todo y fue bendecido al final. Fortalecer nuestra fe en tiempos difíciles nos ayuda a desarrollar paciencia, esperanza, amor y poder; preparándonos para futuras pruebas. No hacerlo puede llevar a la desesperación y la falta de esperanza.

¿Qué pasos concretos puedes tomar hoy para fortalecer tu fe en medio de tu enfermedad?

Y no te olvides, suscríbete y activa la campanita para no perderte el próximo video. Dale me gusta y comparte con alguien que lo necesite. ¡Gracias por tu apoyo!. Dios te bendiga.

 

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba