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COVID-19 Y EL EMBARAZO

La actual pandemia de COVID-19 empezó a final del año pasado en la ciudad de Wuham, China. Hasta la fecha más de 160 mil casos de infección y más de 5 mil muertes han sido reportados. En el Perú, el primer caso de COVID-19 fue reportado el 6 de marzo, con más de siete decenas de casos confirmados en los siguientes diez días. El día 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud declaro el COVID19 como una pandemia.

TRANSMISIÓN

La transmisión es de persona a persona mediante fluidos de las vías respiratorias, contacto entre personas y, posiblemente, otros fluidos corporales. Además, este virus puede permanecer en superficies de 2 a 3 días.

SÍNTOMAS

En la mayoría de los casos, los síntomas de la infección por este virus son leves a moderados, e incluyen fiebre, tos, fatiga, dolor de articulaciones y músculos. En caso de enfermedad severa, el virus puede causar neumonía y puede requerir de ventilación mecánica y admisión a cuidados intensivos.

INFECCIONES VIRALES EN EL EMBARAZO

El embarazo trae consigo muchos cambios en el cuerpo de la madre. Entre ellos, la mujer experimenta cambios inmunológicos y estructurales, por lo que las mujeres embarazadas están en mayor riesgo de infecciones virales. Existen cambios importantes en la fisiología pulmonar, la cual es más marcada en la segunda mitad del embarazo. El diafragma se eleva aproximadamente 4cm debido al crecimiento uterino, mientras que el consumo de oxigeno aumenta en un 20% y la capacidad residual funcional disminuye de manera significativa.(1)

En las últimas décadas, dos otras sepas de coronavirus fueron notables: Síndrome respiratorio agudo severo (SARS, por sus siglas en inglés) y el síndrome respiratorio del medio este (MERS).

La experiencia con otras infecciones respiratorias virales, incluyendo el SARS, durante el embarazo muestran la alta incidencia de complicaciones maternal y fetales, incluyendo parto pre-término, abortos, restricción del crecimiento intrauterino, admisión a cuidados intensivos, necesidad de intubación materna y coagulopatía intravascular diseminada.(2) Durante la epidemia de SARS-1, las mujeres embarazadas tenia un riesgo mayor de neumonía que la población general, al igual que la epidemias de influenza.

Durante la epidemia de SARS-1 del 2003, las mujeres embarazadas tuvieron altas tasas de admisión a cuidados intensivos (50%) y de ventilación mecánica (33%). (3)

Con respecto al feto, el riesgo de trasmisión vertical era bajo durante la epidemia de SARS-1, donde no hubo evidencia de la presencia de virus en los productos de concepción o neonatos.(2)

COVID-19 EN EL EMBARAZO

Hasta el momento, el número de casos de infección publicados durante el embarazo son aún escasos. Se han publicado 18 casos de mujeres embarazadas infectadas con el COVID-19. De estas, una tuvo enfermedad severa requiriendo ventilación mecánica. Ya que el número de casos en el embarazo es aun bajo, es difícil sacar conclusiones definitivas. (4)

Aparentemente, la mayoría de mujeres embarazadas no presentan síntomas severos. Esto no se puede extrapolar a todos los embarazos, ya que algunos se podrían complicar sobretodo si la mamá tiene factores de riesgo adicionales como otras enfermedades (presión arterial, obesidad, asma).

Con respecto al bebé, los casos publicados, y la experiencia de médicos en Asia y Europa, no describen un riesgo de transmisión al bebé durante el embarazo.(5-8) Se han documentado dos casos de infección en neonatal, pero la exposición que originó la infección no es clara.(9) El riesgo de transmisión se da una vez que el bebé nace, donde puede estar expuesto al virus. Una manera de prevenir esto es, en la medida de lo posible, esperar que se resuelva la infección en la madre antes de inducir el parto.

LACTANCIA MATERNA Y COVID-19

Con respecto a la lactancia, el virus no parece ser transmitido por la leche materna. La leche tiene anticuerpos que pueden ser potencialmente beneficiosos para el bebé. Debido a esto, la madre puede dar de lactar a su bebé siempre y cuando no estén separados. Si la mamá está separada del bebé por una posible o confirmada infección materna, la madre puede colectar la leche y darla al bebé. En estos casos, es crucial lavarse las manos antes y después de la extracción y desinfectar adecuadamente los materiales usados. (10)

RECOMENDACIONES

Si bien los datos aun son escasos, no hay evidencia de que la infección por COVID sea más severa en mujeres embarazadas. Se recomienda que mujeres embarazadas sigan las mismas precauciones que el resto de la población:

– Lavarse las manos por lo menos 20 segundos varias veces al día, sobretodo luego de estar en lugares públicos, de tocar superficies que han tocado otras personas, antes de comer, y antes de tocarse la cara.

– Distanciamiento social: mantener por lo menos dos metros entre las personas. Evitar las fiestas, reuniones, y lugares públicos como restaurantes, cafés, cines, iglesias. La mejor manera de evitar la infección es quedarse en la casa.

– Evitar el contacto con personas que tienen síntomas.

– No acudir a lugares donde pueda estar expuesta a personas con el virus

– Todas estas recomendaciones deben de ser cumplidas por la pareja, familia e hijos. Todos dependemos de los demás.

– Mantener la calma. Este es un momento en que tenemos que entender la severidad de la situación y actuar, pero no perder la serenidad.

*NOTA: Actualizado hasta el 30 de marzo 2020. Esta información podrá ir cambiando en el tiempo conforme obtengamos mayor información y evidencia.

Fuente: Universidad Cayetano Heredia

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